He vuelto por unos días a los lugares de mi época escolar. Que raro sé siente ese reconocer y a la vez desconocer lugares que nos eran tan familiares: la calle que habitábamos, los negocios que perduran y otros que los reemplazaron y no siempre para mejor.
Otra cosa que puede sonar curiosa es comprobar que la gente de regiones vive tan bien como en la Capital; que el progreso, bienestar y también los males asociados se dan igual en todo Chile; pensar así es muy propio de la mentalidad centralista que nos caracteriza y yo no me libro. ¿será otra herencia de España?
Una observación más y termino estos pensamientos escritos de regreso a mi hogar y rutina: que impacto me ha significado observar a las nuevas generaciones de alumnas de mi colegio, que podrían ser mis nietas si mis hijos se hubiesen apurado en ser padres (por suerte que no fue así en todo caso), haciendo lo mismo que nosotros hacíamos, como juntarse en la misma plaza.
Pasa rápido el tiempo y ya no somos los mismos.
14 comentarios:
El "respetable" público (o sea, yo) pide una fotito de Linares. No voy hace ene años, imagino que no es ni la sombra de cuando lo dejé de niña.
El progreso se nota en todos lados, tú sabes que mi corazón está en el Norte y también viven muy bien. Aparte del rico aire, impagable.
¿Y la mamita está mejor?
Mi vieja de alta, gracias a Dios, Toyita. No era algo venoso pero por siaca la dejaron hasta terminarle de dar los antibióticos. Gracias por estar ahí, amiga coterranea
Los pueblos van avanzando como en las capitales.Pero siguen teniendo ese olor y eso ensación de deantaño, que nos sigue gustando tanto.
En España hay bastantes diferencias entre la capital y algunas provincias. Es un país muy desigual. Un beso.
Curiosa tu mención a España. Hasta hace 40 años éramos un país centralista, y ahora hemos pasado al otro extremo. Y, desde luego, se vive mucho mejor en muchas capitales de provincia que en Madrid.
Es bonito el inicio del post. No me gusta mucho volver a los barrios de mi niñez. Uno piensa: "¿he hecho todo lo que soñaba, cuando era un niño y vivía aquí?". La respuesta no es siempre alegre.
Excelente post AleMamá, me parece una descripción muy interesante, con la que coincido en varios puntos, especialmente con lo que señalas de tu colegio.
Cuando por ahí visito mis viejos colegios, veo que los chicos casi que hacen y se portan como nosotros lo hacíamos, con la diferencia que uno los ve como si fueran mucho más chicos de lo que nosotros eremos en aquella época.
Los barrios han cambiado notablemente, mucho de lo que había ya no está, y tal como lo señalas lo que reemplazaron, no siempre es para mejor. Pero bueno, así son las cosas, hay que adaptarse un poco y sobreponerse.
Vivo en una provincia que siempre fue pobre, y siempre ha acompañando la evolución y el devenir del País, pero estructuralmente no ha mejorado mucho, sigue estando entre las más pobres del País, aunque hay que reconocer que en los últimos años a la ciudad, y en especial a mi barrio le han cambiado un poco la presencia.
Bien lo decía Neruda: "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos".
También me pasa cuando regreso a la universidad donde estudié. Ver nuevas generaciones en el mismo espacio que usábamos da una sensación de permanencia y de lejanía difícil de explicar.
No sé si alguna vez te he comentado que viví en Chile de niña y guardo un recuerdo maravilloso. Me encantaría volver a visitar los lugares donde viví, el colegio, etc. De momento, guardo las fotos y la música!
Si es que el tiempo no pasa en valde jejeje, y para todos, en cosas se mejoran, pero en otras, mi querida amiga, vamos claramente a peor. Un fuerte abrazo
Es cierto que cuando vuelves a tus raíces se maravillas de que hay cosas que no cambian aunque pasen los años,las generaciones posteriores siguen haciendo lo mismo.
Feliz regreso a casa, preciosa.
Besazo
Otras veces, esperas encontrarte con lo que dejaste y decepciona ver los cambios, el tiempo pasado hay que dejarlo en nuestra memoria, ella siempre será fiel a lo que entonces vivimos.
Besos, Ale.
Muchas gracias por visitar mi blog.
Un fuerte abrazo.
Cuando veo a quienes podrían ser nietos míos, como en el caso de tu observación, Ale, o en mis nietos verdaderos, pienso siempre en lo distinto de sus inquietudes y juegos en relación a los nuestros, en tiempos lejanos de imaginar siquiera un mundo de "divertimento tecnológico" sobre la base de clicks o movimientos abrepantalla.
Las niñitas jugaban con desvencijadas muñecas muy anteriores a las Barbie y los niños chuteábamos pelotas de fútbol con blade, o hasta de trapo.
Y esas pelotas con blade había que reinflarlas a cada rato.
(Para los no enterados, el blade era una especie de tripa que surgía desde el medio de la pelota y que precisaba de bombin).
El tiempo es como las aguas del río que pasan y no vuelven. Más menos así lo dijo el poeta.
Es bello pasearse por lugares que en un tiempo sentimos tan "nuestros" y ver que nuevas generaciones tomaron la posta. ¿Harán lo mismo que hicimos nosotros entonces? Y Gabriela que está acá a mi lado dice: "no, porque ustedes no tenían smartphones". Yo... ¡PLOP!
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