Mi amiga blogera Maite tiene el gran conflicto entre quedarse en el maravilloso sur de Chile, de naturaleza desatadamente bella, pero frío y aislado también, o venirse a probar suerte a la Capital. Duro dilema que con mi esposo hemos tenido y mis padres antes de nosotros y ¡montones más que conozco! La gran ciudad tiene cosas que la hace muy atractiva y uno no ve los contras que contiene cuando la nostalgia arremete.
Mi marido es agrónomo y se suponía que era por amor al campo. Así es, pero por causas muy ajenas a nuestra voluntad, llegó el dia en que después de casi 12 años entre el Norte Grande y Norte Chico de Chile nos trasladaron a Santiago. Yo pataleé todo lo pataleable, pero el cambio de domicilio y trabajo se impuso y desde esa época ya nos quedamos acá definitivamente.
¿Cómo lo sé? pues por la alegría y la tranquilidad que me da llegar al valle contaminado y ruidoso donde se asienta mi ciudad de adopción forzosa. Llego a CASA, me acostumbré a sus encantos y miserias y mis hijos se han ido haciendo un ambiente acá y ya no me voy, voluntariamente al menos, pues para mí eso de "el hombre propone y Dios dispone" es absolutamente cierto, y, ojo, siempre ha sido para puro bien. Sí, pues no pasaron siete años y mi hijo mayor entró a la universidad y de haber permanecido en el norte, nos hubiésemos separado partiendo mi corazón. Todos han estudiado en las mejores universidades pues han sido buenos alumnos.
En contra vivir acá tiene mucho:
- Para empezar, eres NADIE, no tienes nombre ni apellido si no te criaste entre los que cuentan en la sociedad, o te formaste un grupo desde el colegio, y entre estos debes haber estado en alguno que esté en el "top ten" de los que suenan.
- Nuestras capitales latinoamericanas son muy segmentadas y HAY que estar donde se te reconozca.
- Gastas tu mejor tiempo movilizándote, etc.
- Es más importante el tener que el SER, y eso es muy grave.
No sigo por no alargarme, pero si la vida de familia, la tranquilidad son importantes para uno, hay que considerarlo. Por otro lado, la competitividad hace que uno jamás pueda quedarse en los laureles como en provincias. En fin la cuestión queda abierta.
Espero hacer otro post hablando de lo que significan para mí el campo, las ciudades grandes, medianas y pueblos de Chile en que me ha tocado vivir y lo que he sentido en ellos. A ver si me resulta.
Espero hacer otro post hablando de lo que significan para mí el campo, las ciudades grandes, medianas y pueblos de Chile en que me ha tocado vivir y lo que he sentido en ellos. A ver si me resulta.
7 comentarios:
Lo mío fue al revés de vivir en la capital a mudarme al interior, al principio cuesta, toda mi familia vivía en Caracas, yo recién casada al interior, nuevos amigos, los vecinos, llega un momento que ya son como la familia, los hijos va llegando, crecen y quien sabe donde les tocara vivir, bueno mi hija esta ahora viviendo en España.
Pero uno se acostumbra tanto en las afueras, que cuando voy a la capital a veces ni manejo
Un abrazo
Creo que no me iría a Santiago por nada del mundo... tal vez por obediencia a mis superiores (Obispo), cosa que no creo que pase. Ya antes escribiste sobre el campo... esa vida es muy sacrificada, pero maravillosamente sana... Bendiciones.
Yo soy de Santiago, pero como me fui a estudiar a la V región, tengo las dos experiencias: vivir en esta selva de cemento y también, vivir en provincia... Yo creo que las dos opciones tienen su encanto y sus costos... Para elegir bien, hay que tomar en cuenta la personalidad de quien quiere tomar esta decisión... Hace muy poco conozco a Maite (a través de este medio), así que no me atrevo a darle un consejo directo al respecto. Yo por suerte lo tengo claro: las aglomeraciones de gente me hacen mal, el exceso de prisas y competitividades no va con mi parsimoniosa forma de reaccionar ante lo que pasa día a día... Por ultimo, la naturaleza no solo me acerca a dios (lo que ya es suficiente razón), estar en contacto diario con ella es para mi, una necesidad vital.
Bueno… ya se lo escribí a Maite pero lo repito acá: Mientras se pueda elegir, hay que escuchar al corazón… pero no hay que demorarse mucho, luego las oportunidades pasan y uno se queda con una decisión “obligada” por las circunstancias.
CARIÑOS
gracias ale, por todas tus consideraciones.
sabes que creo? que la CASA esta dentro de uno. lo se porque estos ultimos tres años he andado errante por varias y muy distintas ciudades, así como en pueblos rurales escondidos y olvidados.
no me es posible encontrar relacion directa que establecer entre felicidad-ciudad o felicidad-provincia. mas bien haria la relacion entre felicidad-estabilidd emocional. lo que me confirma que la CASA la traigo dentro. lo demas es adorno para entramparse.
un abrazo muy grande.
Yo amo Santiago.
Pero el Sur me atrapa cuando voy a visitar la familia.
Y me gusta el campo, San Antonio, la playa y los atardeceres en la ciudad. No podría elegir. En realidad en hogar está donde están los que amas.
Saludos con cariño.
Encontré tan atingente
este post de cadena que me mandó mi hermano, sobre lo que venimos hablando acá, que lcopio lo medular tal cual, aunque el original habla de otras diferencias, yo lo aplico a la ciudad y el campo:
"...nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín, y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay peces. Que nosotros tenemos lámparas importadas del Oriente para alumbrar nuestro jardín... mientras que ellos, se alumbran con la luna y las estrellas. Nuestro jardín llega hasta la reja . . . y el de ellos llega al horizonte.
Que nosotros compramos nuestra comida y ellos, siembran y cosechan la de ellos. Nosotros oímos CD's. Ellos escuchan el canto de las aves, las ranas, patos, y otros animalitos. Nosotros cocinamos en horno microondas y ellos, todo lo que comen tiene ese glorioso sabor el fogón de leña. Para protegernos, nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas, y ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos. Nosotros vivimos 'conectados' al celular, a la computadora, al televisor y ellos, en cambio, están 'conectados' a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia."
Bonito, aunque no es taaannnnn real. También hay zancudos, negocios chicos y lejos y otros detalles....
MMMMMMMM...¿con qué me quedo?
Pues no sabría que decir, siempre viví en un pueblo aunque está tan cerca de la ciudad que, con el tiempo, se ha convertido en dormitorio de esta, en fin que tengo la ventaja de la paz del pueblo y la cercanía de la ciudad.
Gracias por tus palabras, espero que Irma se recupere pronto. Besos
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